En 2016 fui privilegiada con el honor de ser madre, dediqué aproximadamente las primeras 24 semanas de mi embarazo en preparar cada detalle lo más “perfecto” posible para recibir mi angelito tan deseado. En la semana 23 todo ese universo perfecto empezó a tambalear con un diagnóstico de Incompetencia Ístmico Cervical, lo que en lenguaje llano significa que mi útero no soportaba el peso del feto por lo cual dilataría antes de tiempo (Embarazo de alto riesgo).

Estuve en reposo absoluto aproximadamente dos semanas y media, puesto que el embarazo estaba muy avanzado para practicar cerclaje. En este tiempo me volví una arañita (literalmente) tejiendo zapatitos, gorritos, en fin, toda una producción de moda para mi príncipe por llegar. En la semana 26 rompí fuente, y tras una cesárea nace mi angelito, un bebe de 1 libra, pero el más hermoso del mundo, que me dio el privilegio de ser madre por una semana aproximadamente (septiembre 2016).